7 de Febrero, 2009El Librero Loco
Por Leonel Puente Colin - 7 de Febrero, 2009, 11:23, Categoría: Paquete Cuento
El Librero loco En aquel mercado ambulante (ambulante de a de veras, no de
los que se plantan siempre en un mismo lugar), nadie sabía con precisión cuando
había aparecido aquel individuo que vendía libros. Al principio, no se le
tomaba muy en cuenta, pero, con el tiempo, fueron agarrándole cariño,
especialmente al anciano del puesto de naranjas que ofrecía a la gente sus
mercancías con la eterna cantinela: - ¡Llévelas! ¡Llévelas fresquesitas! ¡Lléveselas a su
casita para endulzar su paladar! Cuando la venta estaba baja platicaban. El librero de sus
libros, el vendedor de naranjas de su pueblo y de su infancia. Los demás
vendedores ciertas veces se introducían en la charla o eran invitados a opinar,
pero eran secundarias su presencia o ausencia en ese sentido. Un día, después de vender a un excelente precio un texto
antiguo y difícil de conseguir, el librero dijo sencillamente que tenía que
ausentarse por un rato. - Te encargo mi mercancía camarada, ahorita vengo, no me
tardo. Pero nunca volvió. El vendedor de naranjas guardó los
libros en su casa y trató de encontrar a su amigo, pero nadie le dio seña ni
razón. Allá, en casa del vendedor de naranjas, bien cuidados y
seguros están los libros del librero loco. No corre peligro tampoco ninguno de
los que viven ahí: nadie los leerá a pesar de que todos tienen un dulce
corazón. Leonel Puente. 2 de Febrero. Día de Año 2009 d.c. Poniente del Distrito Federal. Mexiquito
lindo y adorado. Cruce de Corazones
Por Agustín Garfias - 7 de Febrero, 2009, 11:20, Categoría: DÉCIMA LEGIÖN
CRUCE DE CORAZONES “El tiempo de los castigos iba a comenzar” Maurice Druon Los Reyes Malditos Vol. IV Durante toda la semana he tenido un sueño recurrente. Otras veces en mi vida, así me ha sucedido: sueños alucinantes que seguramente quieren decirme algo y por eso tantas veces se repiten. Y eso es todo. Nada entiendo, mucho menos comprendo cosa alguna. Esta ocasión es distinta, porque he soñado con un desierto en el cual hace frío a pesar de que el sol cae a plomo; camino sin pausa ni prisa y, de pronto, un hombre de rostro sereno, pero de mirada extraña, toma el mismo camino que yo: me acompaña. No dice nada, con palabras humanas no habla... sin embargo escucho el mensaje que me manda: - Si te abofetean una mejilla,
ofrece también la otra. Yo lo miro y mi espíritu le jura que así será. Seis veces, seis noches igual; pero a la séptima, el mensaje tiene un cambio total: - Si te abofetean una mejilla,
ofrece también la otra. Si lo vuelven a hacer, desenvaina tu espada y crúzales
el corazón. Comprendo los dos mensajes a la perfección, pero el último me hiela la sangre. Hoy es el día número siete; el sol brilla, pero hace frío. Ya no estoy soñando, estoy despierto. ¿Cuál de los dos mensajes debo obedecer? ¿Cuál es la orden más real? Agustín Garfias. 7/Febrero/2009 Solo con mi locura
Por Leócrates - 7 de Febrero, 2009, 11:17, Categoría: La Zona Azul
SOLO CON MI LOCURA Voy solo con mi locura. ¿Quién lo diría? Yo que creía Que había más locos de mi tipo O al menos parecidos en cuanto a estilo. Voy solo con mi locura. Y no es necesario Recurrir hoy al espejo Para saber que ya a nadie me parezco (Si es que me parecí algún día). Voy solo con mi locura. Como el Quijote contra el viento Como Violeta en su bravura Como Rosario en su hermosura Como cualquier infante sin dentadura. Voy solo con mi locura. Ni padre ni madre Aunque me quieren lo comprenden Ni hermano ni hermana Aunque me escuchan lo entienden. Voy solo con mi locura. Y mis amigos --hablo de los de a de veras, Saben de mis cegueras, de mis flaquezas, Pero poco de mis luces o mis verdaderas tragedias. Y viceversa... Voy solo con mi locura. Y ni mi otro padre me sigue Quizá piensa que solo juego Quizá cree que no hablo en serio Pero no lo culpo por ser un genio. Voy solo con mi locura. Y que mejor ahora saberlo Más tarde sería horrible flagelo El toparme con la realidad no sabiendo Si voy perdiendo o descubriendo. Voy solo con mi locura. Tal vez ya no me acompaña ni siquiera Ella Linda, aunque misteriosa princesa Con quien hice hace años (¿o siglos?) Una noble y firme promesa. Ya no hay retorno pues voy de retorno Ya no hay regreso Hasta que la muerte decida Después de mis terrenales días Si fue error o acierto toda mi vida. Mientras tanto: ¡A seguir caminando! Leócrates. 19 de Marzo del 2008 13:13 horas y avanzando el segundero. |
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