El círculo azul

ALLE WIER SIND CHARPIS (Dibujado por Ezra en el libro de cabecera 2010 de Leonel Puente)

EZRA AILEC

Camello de plomo. León de plata. Infante sonriente.

El camello de plomo quedó en excelentes manos: en las de un filósofo loco que sabe hablar tres idiomas y que es experto en plasmar sobre la tela o el papel los devaneos del cuerpo y del alma. Sabio murciélago diurno al que se le irán borrando los recuerdos creación tras creación.

El león de plata, anillo de diseño sencillo pero de sólida construcción, lo compré para mí hace un par de años pero, desde hace unas semanas, está custodiado por una mujer que ha logrado romper mi coraza caracterológica. La fisura que ella ha generado ya no puede ser restaurada en forma alguna: habré de afrontar lo que venga con prudencia y con valor.

El niño sonriente aún no existe, tan sólo es por ahora una idea luminosa y un sentimiento esperanzador. Un mundo tendrá que desintegrarse para que surja un nuevo ser; otro yo.

Símbolos de un complejo y complicado proceso de emancipación personal y espiritual; el camello, el león y el niño que habitan dentro de mí no están aún unificados. Hay algunos hilos tendidos entre ellos, existen ciertamente varios puntos de contacto; pero no de fusión.

Extraños, muy extraños sucesos han estado ocurriendo desde hace tres meses. Una vida entera he experimentado en menos de noventa días. ¿Podrán más mis caprichos que mi voluntad? ¿Serán más fuertes mis deseos de muerte y de aniquilación que los de renovación y libertad? ¿Acaso el vicio y el caos son invencibles?

Encuentros y desencuentros de muy diversa índole han ido entrelazándose; mi corazón y mi cerebro no alcanzan a comprender todo lo que están procesando a mil por minuto. Roto el espejo de la rutina, desviado de su curso el río de la tradición; pareciera ser que el vicio y el caos invaden toda la realidad perceptible; pareciera ser que todo pierde sus contornos y su profundo sentido. Pero quizá no... Posiblemente este colapso es el puente hacia otro estado de conciencia más objetivo y pleno e, incluso, constituye una condición necesaria para evolucionar.

Muchas frases de los grandes filósofos se agolpan en mis neuronas; muchos versos de poetas, vivos y muertos, resuenan en mis venas. Me invade, de inicio, un impulso de autodestrucción, y, aunque no me enorgullece decirlo, tengo miedo: miedo a seguir viviendo esta vida de ignorancia, mediocridad y desidia, parcas funestas del alma a las que se están uniendo la decadencia física y el envejecimiento acelerado y prematuro. Cuarenta años tengo y de cuarenta parezco, pero siempre fui más joven de lo que era según los calendarios y los relojes.

¿Qué está por aparecer tras las sombras insondables del Destino? Un animal salvaje quisiera ser; como un león depredador de tontos y cobardes quisiera recorrer las calles de la ciudad; y, sin embargo, atado a muchos códigos morales y yugos religiosos me encuentro. Ese animal salvaje, ese león depredador , "por el momento se encuentra dentro de un jarrón, más tarde se convertirá en libros y en osada pasión".

Leonel Puente.

5-Septiembre-2010

Medianoche.