Marzo del 2013El Maestro Thoreau
Por J. Leonel Puente Colin - 20 de Marzo, 2013, 3:59, Categoría: Acertijos, Adivinanzas y Trivias
![]() Este mes se ha de ganar los premios quien me diga en que año fue estrenada la película Dead Poets Society (La sociedad de los poetas muertos) y cual fue la categoría en que se ganó un Öscar.
Los premios son: El capital cultural de los jóvenes, de Roxana Morduchowicz, Arqueología de la violencia: la guerra en las sociedades primitivas, de Pierre Clastres y una práctica libreta hecha a mano.
Les deseo mucha buena suerte a todos en todos sus proyectos positivos y, con un intenso sentimiento de nostalgia, les transcribo un fragmento de la novela Walden, del maestro Thoreau, que, por cierto, fue utilizado en el guión de esta película.
Hasta el mes próximo.
Tengan, por favor, la amabilidad de ser o tratar de ser felices mientras tanto.
Atte. YO. O como diría mi Maestro de cabecera: "También estoy yo, esperando mi momento" A.M.I. (QEPD).
****
***
"Fui a los bosques porque deseaba vivir en la meditaciòn, afrontar ùnicamente los hechos escenciales de la vida, y ver si podìa aprender lo que ella habìa de enseñarme, y no sucediera que estando pròximo a morir, descubriese que no habìa vivido. No querìa vivir lo que no fuera vida; ¡la vida es tan valiosa!, ni tampoco deseaba practicar la resignaciòn, a menos que fuese enteramente necesaria. Querìa vivir profundamente y extrerle el túetano a la vida, vivir tan vigorosa y espartanamente como para inflingir una derrota a todo lo que no fuese vida; guadañar un ancho espacio a ras de suelo; empujar la vida a un rincòn y reducirla a sus tèrminos màs simples, y si mostrase ser mezquina, obtener su genuina y total mezquinidad y publicar su miseria ante el mundo; o, si resultara ser sublime, conocerla por experiencia, y ser capaz de dar una verdadera noticia de ella en mi pròxima excursiòn. Porque me parece que la mayor parte de los hombres estàn en una extraña incertidumbre sobre si serà del diablo o de Dios la vida, y han llegado a la conclusiòn, un poco apresurada, de que el principal fin del hombre sobre la tierra es "glorificar a Dios y gozar de Él eternamente".
Todavìa vivimos miserablemente, como hormigas, aunque diga la fàbula que hace mucho fuimos transformados en hombres; como los pigmeos, luchamos con las grullas; cae error sobre error, remiendo sobre remiendo y nuestra mejor virtud tiene por ocasiòn una miseria superflua y evitable. Nuestra vida queda hecha trizas debido a los detalles. Un hombre honesto apenas tiene necesidad de contar màs que con los diez dedos de sus manos, y en casos extremos puede añadir los diez dedos de los pies y tomar en globo lo demàs. ¡Simplicidad, simplicidad, simplicidad! Sean tus asuntos dos o tres y no un centenar o un millar; en vez de un millòn cuenta media docena, y haz la cuenta en la uña del pulgar". WALDEN HENRY DAVID THOREAU
Permalink
~ Comentarios (4)
~ Comentar
| Referencias (0)
Etiquetas: walden, thoreau, mundo cultural chobojos, Chobojos, dead poets society, maestro, ami Tres metàforas de la ciencia
Por Martin Bonfil Olivera - 19 de Marzo, 2013, 3:11, Categoría: Ojo de mosca
Una es la que figura en el chiste del científico que estudia una pulga. El investigador la observa cuidadosamente bajo la lupa. Tomando unas pinzas, le arranca una pata, y a continuación le ordena: "¡salta!". La pulga obedece, el experto anota: pulga con cinco patas, salta. Tras arrancar otra pata, repite el proceso, con idéntico resultado. Luego de arrancar cinco patas, el insecto, haciendo un esfuerzo "sobrepulguesco", logra todavía saltar. Nueva anotación. Finalmente, la última pata es removida. Tras la orden, la pulga permanece inmóvil. El científico anota, minucioso: pulga sin patas, se queda sorda. En otras palabras, la ciencia, por más cuidadoso que sea su método, depende de las interpretaciones que le demos a los hechos. Lejos de simplemente hallar "verdades" sobre la naturaleza, construye explicaciones de ella que, sin duda, funcionan, pero que también pueden ser engañosas o, al menos, inexactas. De ahí la importancia de mantener siempre el conocimiento científico como algo provisional, revisable, mejorable. Segunda metáfora: el científico es como un pescador que pesca con red. Pero hasta la red más fina tiene huecos; el pescador sólo puede atrapar peces mayores que esos huecos. Aun si el mar estuviera lleno de peces diminutos, él sería incapaz de atraparlos con su red. Así, el científico sólo puede observar y estudiar aquellos fenómenos que caen dentro de las capacidades de sus sentidos y aparatos. No hay garantía de que el panorama que nos ofrece la ciencia sea completo, único ni final. Por eso se esfuerza en aumentar su arsenal: en inventar redes cada vez más finas, además de anzuelos, arpones y otros instrumentos de pesca. Tercera metáfora. Hay quien ve a las teorías científicas como delicados castillos de naipes, trabajosamente construidos, en los que los hechos, las hipótesis y la evidencia experimental se van acomodando para formar un todo coherente. Una estructura frágil, que puede derrumbarse en un santiamén si falla cualquiera de sus componentes. Pero la ciencia es más sólida: se parece más a un rompecabezas, en el que pueden faltar algunas piezas sin que eso impida apreciar el panorama total. Incluso con pocas piezas se pueden aventurar hipótesis que permiten ir armando las partes que faltan; si alguna pieza resulta estar en el sitio equivocado, o hasta ser ajena, eso no invalida las partes que ya se habían armado. Quizá la ciencia escape a todas las imágenes anteriores; finalmente, todas las metáforas son engañosas. Aun así, pueden ayudarnos a visualizarla y entenderla un poco mejor. *¿Cómo ves? Revista de divulgación de la ciencia de *Martín Bonfil Olivera mbonfil@unam.mx es colaborador permanente de ¿Cómo ves? Revista de Divulgación de
Permalink
~ Comentarios (2)
~ Comentar
| Referencias (0)
Etiquetas: como ves, ojo de mosca, martin bonfil olivera, mundo cultural chobojos, metaforas, ciencia, pulga El Cafecito Literario e Isabel Allende en La suma de los dìas
Por Diana Myriam Casais-Almanza - 14 de Marzo, 2013, 21:21, Categoría: El cafecito literario
El Cafecito Literario e Isabel Allende en La Suma de los Días *+* Translated by Steve Farrington * Artìculo publicado originalmente en La Voz de Rochester, Nueva York. USA, el mièrcoles 13 de febrero de 2013. http://www.rochesterlavoz.com/fullstory/fullstory.php?id=435
Permalink
~ Comentarios (1)
~ Comentar
| Referencias (0)
Etiquetas: isabel allende, suma de los dias, VOZ, cafecito literario, Chobojos, rochester, afrodita De la soledad al ejercicio de lo diverso.
Por Julio Manzanares Gòmez - 14 de Marzo, 2013, 1:37, Categoría: Sofías y Sofíos
En México los sexenios se suceden como parte de la historia universal; los procesos locales forman parte del engranaje mundial aunque los nacionalismos pretendan negarlo. Los brotes de orgullo local desmesurado, al interior, pretenden la cohesión social; al exterior, proyectar una imagen de legitimidad. El nacionalismo, finalmente, es una frontera. Del periodo de La tendencia de la época es (o sigue siendo) engrandecer el pasado y su heroicidad, pero ese sentimiento expresado en el nacionalismo se ve desmentido, profundamente, por Octavio Paz en El laberinto de la soledad (publicado en 1949 por primera vez y en 59 en su versión definitiva). Paz confiesa a Alfonso Reyes en una carta (1949) que ya comienza a "cargarle" el tema de México "así, impuesto por decreto de cualquier imbécil convertido en oráculo de la circunstancia y el compromiso". Paz se refiere a las indagatorias del ser del mexicano (y hay que recordar, como mínimo, a Samuel Ramos y su obra El perfil del hombre y la cultura en México). Para "liberarse de esa enfermedad" Paz escribe El laberinto…, ensayo de interpretación histórica donde el poeta, filósofo, antropólogo y humanista, monitorea y confronta conciencias al proporcionar una visión de conjunto del país. De la obra se realizan distintas lecturas: es la crítica penetrante del mexicano y su historia o es la guía del turista (en el sentido más simple) que puede ser el lector. Son los años 50 y en su ensayo Paz proporciona una visión de conjunto de México. Lo percibe como un pueblo en trance de crecimiento, adolescente que, sentimentalmente efusivo, se pregunta: ¿qué somos y cómo realizaremos eso que somos? A medida que crecemos, la sensación de vivir se transforma en sentimiento de soledad y todos nuestros esfuerzos tienden a abolirla. Más profunda que el sentimiento de inferioridad "yace la soledad", sostiene Paz. "Sentirse solo posee un doble significado: por una parte consiste en tener conciencia de sí, por la otra en un deseo de salir de sí". Por eso los mexicanos, en la Fiesta, borrachera o confidencia nos abrimos, y con tal violencia que nos desgarramos y acabamos por anularnos. La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida. Octavio Paz trastoca las conciencias de la inteligencia mexicana y de la población común, a quienes llega el texto; y éstos reconocen o niegan lugares comunes. Desentraña mitos: los alcances de la Independencia, la Revolución y el "desarrollo" alcanzado por los gobiernos posrevolucionarios. El autor afirma: "El hombre contemporáneo ha racionalizado los Mitos, pero no ha podio destruirlos. Muchas de nuestras verdades científicas, como la mayor parte de nuestras concepciones morales, políticas y filosóficas, sólo son nuevas expresiones de tendencias que antes encarnaron en formas míticas". Hijos de una madre mítica, la virgen de Guadalupe también es nuestra madre, la madre virgen, a diferencia de la Malinche, la india violada, seducida por los españoles. México no perdona esa traición: "¡Malinchista!", inculpa. ¿Quiénes son los Malinchistas? Los partidarios de que México se abra al exterior: los verdaderos hijos de la Malinche, que es la Chingada en persona". (Chingada: palabra comodín que, según Paz, sirve para afirmar nuestra mexicanidad). Para el macho mexicano los que se "abren" son cobardes. El mexicano puede doblarse, humillarse, "agacharse", pero no "rajarse", esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su intimidad. "Las mujeres son seres inferiores porque, al entregarse, se abren". Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. ¡Viva México hijos de la chingada!
[Cada 15 de septiembre] nos afirmamos y afirmamos nuestra patria, frente, contra y a pesar de los demás. ¿Y quiénes son los demás? Los demás son los "hijos de la chingada": los extranjeros, los malos mexicanos, nuestros enemigos, nuestros rivales… ¿Quién es la chingada? ante todo es la madre, —una madre mítica: la llorona o la madre sufrida que festejamos el 10 de mayo—.
Si en los albores del siglo XXI las ideas de Paz no se consideran vigentes, en su momento El Laberinto… se anticipa a un hecho irrefutable: la necesidad de trasladarse de lo singular a lo diverso, de abrirse al mundo porque "La historia universal es ya tarea común. Y nuestro laberinto, el de todos los hombres". Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro y máscara la sonrisa. Y si Paz habla de las muchas máscaras bajo las que se esconde el mexicano, abunda también sobre el cómo arrancárnoslas para abrirnos y afrontarnos, para "empezar a pensar y vivir de verdad". Al hablar de nuestras singularidades no promueve el culto hacia la nación porque "La mexicanidad será una máscara que, al caer, dejará ver al fin al hombre". Si al hacerlo nos espera la desnudez y el desamparo, "Allí, en la soledad abierta, nos espera también la trascendencia: las manos de otros solitarios. Porque somos, —para Octavio Paz— por primera vez en nuestra historia, contemporáneos de todos los hombres". ** Bibliografía
|
Calendario
ApúntateCategorías
Archivos
SindicaciónSitios amigos |