
Quiero que tus labios apresen los míos
Que mi boca se pierda como si no hubiera existido y que surja de nuevo, como si acabases de crearla...
Como si fuera solo una extensión de la tuya, Tuya-mía-tuya. Sin fin.
No existir sino como el predicado de tu oración, empezando por la acción, divino verbo...
Convertirlo en sacrilegio. Vuélvete infiel por un momento y traiciona mis límites y abarca mis fronteras.
Tan dentro que solo haya obscuridad por un momento, Olvidémonos la luz y la sombra y vayamos en pos del momento absoluto...
No regreses jamás a tus Dioses de cuerpo y sangre. Toma el vino de la mía y conságralo.
Mayo... siempre mayo...